"Este gordo fingió ser rico solo para impresionar a su amante”.
"No entiendo cómo puede haber mujeres con tal mal gusto como para dejar que un hombre así de asqueroso las patrocine”.
Sucumbiendo ante las burlas de la multitud, el gordo y la mujer huyeron avergonzados.
"Señor, le venderé este perfume a su precio original. Por favor, regrese a comprar con nosotros en el futuro. Espero que lo que acaba de suceder no haya afectado su estado de ánimo", comentó el gerente con una sonrisa.
"Gracias, señor gerente. Le aseguró que volveré en el futuro”.
Después de recibir el perfume envuelto con esmero, Jacobo y Megan continuaron con su día de compras en el centro comercial. El tiempo pasó rápido y llegó la hora de cenar, por lo que Jacobo miró el reloj y preguntó: “¿A qué hora es el tren?”.
"Cerca de las siete”, respondió Megan.
"Vayamos a comer primero y luego te llevo a la estación; no quiero que llegues tarde. ¿Qué quieres comer?”, preguntó él con una sonrisa.
“Cualquier cosa está bien”, asintió Megan.
Fuera del centro comercial, había un restaurante llamado “Xiang”, el cual servía comida picante y, como a Megan le gustaban ese tipo de platillos, decidieron ir ahí. El lugar era muy exclusivo, con un ambiente lujoso y una decoración elegante. Además, el personal de servicio en el interior estaba vestido con ropa tradicional Miao, lo cual sorprendió a Jacobo y Megan, pues estaban acostumbrados a ver al personal uniformado con ropa moderna.
Ahora eran las seis, hora de cenar, por lo que el lugar estaba lleno de comensales. En ese momento, una pareja junto a la ventana terminó su comida y se fue, dejando un lugar libre para Megan y Jacobo. Luego de examinar el menú, pidieron algunos platos como cabeza de pescado a la pimienta, callos de ternera salteados, y otros. La comida en este restaurante era muy colorida, llena de aroma y sabor, lo cual estimulaba enormemente el apetito.
Después de comer durante un rato, Megan escuchó una voz: "Megan, ¿eres tú?".
Ambos se volvieron y encontraron a un joven vestido de manera extravagante acercándose a ellos.
"Jayden, ¿también estás aquí para cenar?", preguntó Megan.
Cuando Jacobo volteó a ver a la chica, pudo notar que se había puesto muy nerviosa y, evaluando la situación, preguntó: "¿Otro admirador tuyo?".
Ella asintió, sintiéndose incómoda.
"Sí, la comida aquí es muy buena, por lo que suelo venir”, respondió Jayden Bai mientras tomaba asiento frente a Megan, ignorando por completo a Jacobo.
"Te presento a Jacobo, mi novio”, dijo ella con timidez.
"¿Tu novio?", el rostro del chico se ensombreció y le lanzó a Jacobo una mirada asesina.
"Hola, mucho gusto", dijo él asintiendo.
"Igualmente, mi nombre es Jayden. Mi padre es el jefe de Wanda Corporation, así que puedes llamarme señor Bai”, respondió el hombre con hostilidad.
Jacobo frunció el ceño ante la arrogancia de Jayden, quien afirmaba ser un hombre poderoso. ¿Quién rayos se creía que era? Entonces, lo miró diciendo: “Oh, así que eres el famoso señor Bai. He escuchado mucho sobre ti”.
"¿Cuánto tiempo llevan saliendo ustedes dos?, preguntó Jayden sin más miramientos.
"Pues ya unas semanas. ¿Por qué te interesan tanto los asuntos personales de los demás?”, respondió Jacobo.
"No estoy interesado en tus asuntos personales, sino en los de Megan. Ella me gusta, así que deberías dejarla en paz”, dijo el hombre contundentemente.
Sus palabras dejaron a la pareja de hielo, y Jacobo miró a su novia, preguntándose de dónde había sacado a un tipo tan grosero. ¿En verdad era así como cortejaba a las chicas?
"¿Por qué lo haría?", dijo Jacobo a la ligera.
"Porque, como te mencioné, mi padre es el jefe de Wanda Corporation y yo soy su único sucesor", dijo Jayden Bai con orgullo.
Wanda Corporation era una de las principales compañías en Oakdale y su dueño poseía un patrimonio neto de cientos de millones de yuanes: pero aun así, resultaba innecesario presumir que era la empresa de su padre.
"¡No te mereces a Megan!", exclamó el hombre sin rodeos.
"Jayden, ¿de qué estás hablando?", intervino Megan enojada.
"Megan, ¿no entiendes lo mucho que te amo? ¡No puedo creer que no te des cuenta de que soy mejor que este chico!”, respondió él, señalando a Jacobo.
"¡Basta! El hecho de que tengas dinero no es suficiente para que me gustes, Jayden. ¿Podrías dejar de acosarme?”, exclamó ella enojada.
"A ver, dime, ¿cuánto dinero quieres para dejar a Megan?”, preguntó Jayden a Jacobo, ignorando a la chica.
"Diez mil millones de yuanes. ¿Crees que te alcance?", respondió Jacobo con desdén.
"Tú...", Jayden Bai golpeó la mesa furioso. Luego se puso de pie, gritando: "Chico, no seas ingrato".
"¿No estabas presumiendo tu gran fortuna hace unos minutos? ¿No pensabas destruirme con tu dinero y poder? ¿Por qué no lo haces ahora mismo?”, se burló Jacobo.
"Bueno, aceptaría competir justamente contigo. Hagamos una apuesta, y el que pierda tendrá que olvidarse de Megan”, dijo Jayden enojado.
"No apuesto", dijo Jacobo, negando con la cabeza.
"¿Tienes miedo?".
"No, no tengo miedo, pero no me arriesgaré a apostar a mi amada mujer. Sólo un tonto haría algo así”.
"¿A quién estás llamando tonto?”.
"Cualquiera que piense que es un tonto será un tonto".
"¿Quién crees que eres para merecer a Megan?".
"No necesito ser nadie. Ella me gusta y yo a ella, fin de la historia”, respondió Jacobo.
"¿En serio crees que por eso la mereces? Te recuerdo que mi padre es el jefe de Wanda Corporation".
"Claro, ya entendí que tu padre es millonario, ¿pero eso qué tiene que ver contigo?”, preguntó Jacobo en un tono burlón.
"Soy el único sucesor de la empresa, y estaré a cargo de miles de millones de activos".
"Sucesor, ¿eh? Pues dudo que seas el único. ¿Sabes cuántos hijos ilegítimos tiene tu padre?", se burló Jacobo.
"¿De qué demonios estás hablando...?", Jayden se dio la vuelta con rabia para tomar a Jacobo por el cuello. Sin embargo, este último reaccionó rápido y le dio una bofetada, advirtiendo con frialdad: "Cuida tus palabras y, por cierto, dile a tu madre que le mando saludos”.
"¡Juro que te mataré!”, Jayden no podía soportar la humillación tan grande que acababa de recibir, por lo que de inmediato se puso de pie tambaleándose, listo para responder a la agresión lanzándole un taburete a Jacobo.
Sin embargo, no era lo suficientemente fuerte para vencerlo y Jacobo simplemente le quitó el taburete y lo empujó hacia atrás con gran facilidad. Lanzando un grito, Jayden cayó a varios metros de distancia. Estaba tan herido que se acurrucó como un camarón.
"Jacobo, deja de pelear o te meterás en graves problemas”, Megan se apresuró a persuadirlo.
"¡Algún día te encontraré y te daré una lección, maldito b*stardo!”, gritó Jayden adolorido.