Capítulo 45
798palabras
2023-11-13 14:59
Cha volteó a ver hacia el segundo piso. "Dijiste que me preparaste una habitación, ¿no es cierto?".
"¡Sí, sí, claro! ¡Si quieres sube a verla! Espero que te guste", dijo Aiguo mientras se levantaba con la intención de acompañarla.
Cha le dirigió una mirada inexpresiva, y con voz fría, le dijo: "Iré sola".

"Está bien, adelante. Si necesitas algo, solo dímelo".
Cha se rio sarcásticamente y subió las escaleras.
Cuando llegó al lugar que una vez le perteneció, se sintió extrañada.
Para empezar no quedaba ni rastro de las cosas de Sisi y todo estaba decorado con muebles de primera que parecían haber sido comprados hace poco. Al ver tal renovación, Cha se preguntó cómo es que su padre, si se encontraba en bancarrota, había podido hacer todo eso ¿De dónde sacó el dinero?
¡Al parecer ese hombre hizo un gran esfuerzo para complacer a Cha!
Mientras Cha admiraba el espacio, de repente, la puerta se abrió; era Sisi. La chica se abalanzó hacia ella y rechinó los dientes, luego gritó: "¡D*sgraciada! ¿Qué derecho crees que tienes para robarme mi habitación?".

"¿Tuya?", dijo Cha con ironía. "Fuiste tú quien ocupó mi dormitorio durante diez años. ¿Cómo te atreves a reclamar por algo que no te pertenece?".
"¡Eres una p*rra! ¡¿Por qué no te vas al infierno?!". Sisi estaba tan enojada que corrió, agarró todo lo que pudo y lo rompió. Mientras causaba estragos, ella siguió gritando: "No creas que papá te trata bien porque te ama. ¡Cuando ya no le sirvas más, te estr*ngulará!".
Cha solo se quedó en una esquina viéndola destrozar el lugar. Sin duda Sisi estaba tentando su suerte. ¡Y eso era magnífico!
Tal y como Cha esperaba que sucediera, en menos de dos minutos, Aiguo subió enojado. Cuando el hombre vio que Sisi había arruinado toda la decoración en la cual él invirtió una buena parte de su dinero, de inmediato se enfureció y su rostro se tornó rojo.

"Papá...". Sisi, cegada por la rabia, olvidó que su padre se encontraba en casa. Convencida de que él no le perdonaría el que ella hiciera tal escena, inventó una excusa. "Cha te m*ldijo. Ella acaba de decir que por qué no te m*taron a golpes y...".
Antes de que Sisi terminara de hablar, Aiguo le dio una bofetada. "¡Siempre he sido amable contigo! Pero tú, tú Sisi, eres malvada. ¿Cómo pudiste destrozar la habitación de tu hermana?".
"Esa mujer no es mi hermana. Mi madre solo me dio a luz a mí", dijo Cha sonriendo. Quería dar a entender que Sisi no era parte de su familia.
Aiguo al escucharla cambió sus palabras. "¡Quién te permitió entrar al dormitorio de la señorita Chu?!".
La bofetada que Aiguo le propinó a Sisi la hizo perder el equilibrio y por ende cayó sobre la cama. Ella, en respuesta, solo lo miró con lágrimas en los ojos y con voz frágil y lastimera, dijo: "Papá...".
"Yo solo tengo una hija y es Cha. Así que, ¡de ahora en adelante, no vuelvas a llamarme padre!", le dijo el hombre mientras la señalaba.
"¡Papá!", protestó Sisi dirigiéndole una mirada renuente.
"¡Que no me llames así!". dijo Aiguo levantando la mano, con la intención de pegarle de nuevo.
"¡Vamos, golpéame! ¡M*tame junto con el bebé que llevo en mi vientre!", gritó Sisi. "Esa p*rra fue quien llevó tu empresa a la ruina, ella es quien te hizo sufrir. ¿Por qué ahora la idolatras?".
Sisi tenía razón. Casi lo mataban por culpa de Cha, ¿cómo iba a quererla? Sin embargo, no tenía otra opción. Ella era su única esperanza para salvar la empresa. Si tenía que doblegarse, lo haría.
Por otra parte, ¿por qué Sisi exageraba? Solo le había dado una suave cachetada. ¿Cómo ella se atrevía a pensar que él sería capaz de matar al bebé si ese era el nieto de la familia Qi? ¡Ni loco haría eso!
¡Todavía esperaba emparentarse con el alcalde a través de ese matrimonio!
"Te lo advierto Sisi. ¡No vuelvas a molestar a mi hija de nuevo, de lo contrario te echaré a ti y a tu madre de esta casa!", dijo Aiguo enojado.
Para Cha, ese fue el momento ideal para echarle más leña al fuego. "Papá, ella dijo que tú solo me estás usando y que en realidad no te arrepientes de nada".
"¡No le creas, hija! ¡Por supuesto que me arrepentí y estoy dispuesto a ser un nuevo hombre!", exclamó Aiguo.
"También dijo que apenas te fueras, me mataría".
"No voy a permitir que eso pase. Tú eres mi verdadera hija, la única que lleva mi sangre. ¡Solo tú heredarás en el futuro nuestro gran negocio familiar!", agregó el hombre.
Cha estaba tan asqueada que quería vomitar.
Ver a su padre inventar todas esas mentiras así de la nada, le resultaba patético.